¿Por qué ya no he escrito aquí con la frecuencia que lo hacía? La respuesta es sencilla: López Obrador se tiró él solito a la basura, se ha vuelto irrelevante, las últimas encuestas lo ponen incluso por debajo del nefasto, mafioso, mentiroso de Madrazo. ¿Qué llenó ayer el Zócalo? También Maná, o Shakira lo llenan, y la democracia de las plazas, la democracia de la bola no representa ni por mucho a la sociedad, en marzo escribía en este mismo espacio: Para AMLO, la democracia es una manifestación de multitudes, de la “bola”, los líderes populares, como el Peje, y también lo fueron, hay que recordarlo, Hitler, Mussolini, Stalin, Castro, y por supuesto el payaso continental Chávez. Todos ellos comparten como característica principal la llenadera de plazas, llevar gente a las calles, e infieren o inferían estos líderes populares que la gente en la plaza representaba a la totalidad de la sociedad. Ese es el sentimiento de la “Convención Nacional Democrática”, que ni es convención, es un monólogo de varios, ya que aunque existan diferentes personas todos repiten exactamente los mismos argumentos y ni quien los contradiga, no es tampoco Nacional, y mucho menos democrática. Aquí la gran equivocación, de AMLO, eso no es la democracia, las plazas llenas no representan al pueblo, las giras y más giras, sus visitas a 500 municipios, su afiliación de 700 mil zombies a la presidencia legítima, lo cierto es que el señor se tiró solito a la basura, y ahí ha permanecido, por que después de un año de su derrota el saldo para él no podía ser peor.
Desde su “cállate chachalaca”, el político al que yo temía, que en su momento podría haber obtenido el 42 por ciento de los votos, el hombre que era peleado por lo medios, aquel con el carisma mesiánico que a tanta gente ignorante llegó, no a su razón, a las emociones, al deseo de revancha, solito se autodestruyó, lo destruyó su soberbia, su incapacidad de escuchar, pero sobre todo, creo yo, lo aniquiló su discurso destructor, el hombre nunca tuvo una propuesta constructiva, siempre fue destructiva, pensaba, como Lenin que las cosas deben de ir mucho peor para entonces mejorar, y afortunadamente, llegó a hace un año, tablas con Calderón, y más afortunadamente, esa bala que iba dirigida a la sien de México, sólo pasó zumbando, por que perdió.
Y desde su derrota, el hombre no ha hecho más que acabar de destruirse de irse a lo más profundo del basurero político.
Su bloqueo de Reforma, reveló a los ojos de muchos mexicanos, incluso a muchos que votaron por él, quien era realmente: Un hombre hambriento de poder que no le importaba, ni le importa México.
Quiso impedir que Calderón tomara posesión y con ello sólo logró ponerse y poner a su partido a los ojos de los mexicanos como lo que siempre fueron una izquierda chillona, porril, vociferante, sin propuesta, los regresó a su real nivel a la calle, a los gritos, al choque, que es en realidad lo único que saben hacer: fregar.
Su gobierno “legítimo” ¿A quién importa? Sólo a unos cuantos aferrados, para el grueso de los mexicanos, es totalmente irrelevante, como lo es para mí. Sus propuestas ¿Quién las discute? ¿Quién las considera? La respuesta nadie.
A un año de la elección me complace saber que esta amenaza esté en el bote de la basura, y con pocas, muy pocas posibilidades que salga de él.
Esperemos que siga ahí.
lunes, 2 de julio de 2007
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